top of page

Mitos y realidades de la iluminación LED


Cada vez que nace una nueva tecnología que se desarrolla e implanta a gran velocidad como la iluminación LED surgen acérrimos detractores e incondicionales seguidores.

La iluminación LED cumple todos los requisitos para convertirse en una de esas tecnologías a las que gusta buscar uno o varios rivales: android o iphone; diésel o gasolina; Windows o Mac; LED, vapor de sodio o fluorescentes.

Y como ocurre en la mayoría de los casos, la respuesta a la pregunta “¿cuál es mejor?” no es única. En función del uso que le vayamos a dar, las horas de utilización o el lugar, nos convendrá apostar por una u otra tecnología.


A continuación repasamos algunos de los mitos (o realidades) más repetidos en torno a la tecnología LED. ¿Verdadero o falso?


LAS LÁMPARAS LED DAN MENOS LUZ: FALSO

Recientemente algunos medios se hacían eco de la retirada por parte del ayuntamiento de Cangas de Onís, de las farolas LED instaladas debido a las quejas de los vecinos, que aseguraban que la luminosidad era considerablemente menor. La causa de este “patinazo” puede deberse a diferentes causas, pero no es achacable a que las lámparas LED iluminen menos que las de vapor de sodio.


Puede que no se eligieran las lámparas adecuadas para el nivel de iluminación requerida (¿Quizá otro de los estragos que causa “licitar a la baja” algo que no se conoce, práctica muy habitual en la Administración Pública? ¿Otro aprovechado “profesional” de la iluminación, capaz de vender a sabiendas lámparas de tercera o cuarta categoría?). También podría ser que los ciudadanos estuvieran acostumbrados a un nivel de iluminación más alto de lo necesario.

De lo que no hay duda es de que una lámpara LED puede ofrecer la misma cantidad que luz que una fluorescente o una de vapor de sodio si se elige la lámpara adecuada a la luminaria en la que se instala, y se hace correctamente.


Una lámpara LED puede ofrecer la misma cantidad que luz que una fluorescente o una de vapor de sodio.


LAS LÁMPARAS LED SON CARAS: FALSO

Requieren una inversión inicial mayor que otro tipo de lámparas, pero esta inversión se empieza a recuperar desde la primera factura, por lo que a muy corto plazo resultan mucho más baratas. Eso sí, no hay duros a peseta y resulta indispensable adquirir las lámparas a fabricantes, importadores o distribuidores oficiales y reconocidos, que nos den todas las garantías del producto que acabamos de adquirir.


UNA INSTALACIÓN LED NO SIEMPRE ES LA MÁS CONVENIENTE: VERDADERO


Es esencial realizar un minucioso estudio de las necesidades lumínicas de cada instalación. En ciertas ocasiones, puede que la tecnología LED no sea la más adecuada debido, por ejemplo, a las horas de uso. Una instalación requiere una importante inversión, que en la mayoría de los casos se recupera rápidamente. Sin embargo, hay que estudiar minuciosamente las necesidades de iluminación para poder elegir la mejor opción. Los profesionales nos dirán que tipo de iluminación nos conviene. De hecho, en ocasiones, es necesario apostar por un tipo de iluminación diferente para cada estancia.


LA LUZ DE LAS LÁMPARAS LED GENERA MÁS CONTAMINACIÓN LUMÍNICA: FALSO


Una luminaria LED cuyo flujo lumínico esté correctamente dirigido no genera más contaminación lumínica que otro tipo de lámpara. De hecho la unidireccionalidad del flujo lumínico de los LED (recordemos que un chip LED sólo emite luz en una dirección) hace que sea más fácil el control del mismo y dirigirlo hacia el lugar deseado. Es cierto que, por su naturaleza, la luz emitida por una lámpara LED se difunde más fácilmente por la atmósfera, pero esto es fácilmente evitable con una correcta instalación que se ajuste a la normativa que regule dichas instalaciones.


LA LUZ DE LOS LED ES PERJUDICIAL LA SALUD: FALSO


Las lámparas LED no emiten radiación infrarroja ni ultravioleta y no contienen mercurio, por lo que tienen menos potencial para ser perjudiciales en todos los sentidos para la salud.

Se dice que la luz blanca que generan las lámparas LED (y que se consigue aplicando capas de fósforo a la luz azulada original que emite el chip) inhibe la secreción de la hormona melatonina en el ser humano, que sólo se produce a oscuras, y que resulta indispensable para regular los biorritmos del cuerpo humano (entre ellos los llamados ritmos circadianos). Esto es cierto a medias.


Cualquier radiación lumínica afecta a la producción de melatonina (la luz solar y la artificial, ya sea de una fluorescente o de una luminaria LED). Por ejemplo, si trabajamos en una oficina durante ocho o nueve horas seguidas, una iluminación inadecuada (ya sea LED, fluorescente o de vapor de sodio) puede afectará a nuestro organismo provocando “desajustes” o molestias: sueño, cansancio o incluso mareos o dolores de cabeza (especialmente en el caso de fluorescentes defectuosas o de baja calidad).


¿Cómo evitar estos problemas? Diseñando una instalación lumínica que se ajuste a nuestro “reloj biológico”. En este sentido las soluciones de iluminación LED son las más versátiles y las que se pueden adaptarse más fácilmente y de forma completamente automática a las diferentes necesidades lumínicas (ya sea de intensidad o temperatura de color) según la hora del día y el trabajo que se realice.


Proveedores de soluciones LED homologados


En resumen, la iluminación LED es una tecnología extremadamente eficiente, sostenible y versátil, siempre y cuando su compra e instalación se realicen siguiendo unos rigurosos criterios de calidad. Para ello debemos acudir siempre a proveedores registrados y fabricantes homologados, que nos asesoren y realicen un estudio previo de nuestras necesidades de iluminación.

Featured Posts
Recent Posts
Archive
Search By Tags
No tags yet.
Follow Us
  • Facebook Basic Square
  • Twitter Basic Square
  • Google+ Basic Square
bottom of page